Papás Involucrados: Transformando la Crianza y el Futuro

La participación activa del papá en la crianza de los hijos es clave para su desarrollo completo. Aunque antes se pensaba que solo las mamás debían encargarse de los niños, hoy sabemos que los papás también juegan un papel vital y positivo en la vida de sus hijos. Aquí veremos por qué es tan importante que los papás se involucren y cómo esto beneficia a toda la familia.

Fortalecimiento del Vínculo Emocional

Uno de los beneficios más claros de que el papá se involucre en la crianza es el fortalecimiento del vínculo emocional entre él y sus hijos. Cuando los papás están presentes desde que sus hijos son pequeños, se crea una conexión emocional profunda que dura toda la vida. Este vínculo es fundamental para el desarrollo emocional y psicológico de los niños, dándoles una sensación de seguridad y apoyo.

Desarrollo de Habilidades Sociales

Los niños que crecen con papás que están activamente involucrados suelen desarrollar mejores habilidades sociales. La interacción constante con el papá les enseña a comunicarse, compartir y resolver conflictos de manera efectiva. Además, los papás son ejemplos a seguir en cuanto a comportamiento social, mostrando cómo relacionarse de forma respetuosa y constructiva con los demás.

Promoción del Rendimiento Académico

La participación del papá en la educación de sus hijos también está relacionada con un mejor rendimiento en la escuela. Los niños cuyos papás se interesan por su aprendizaje y los apoyan con las tareas o asisten a reuniones escolares, suelen estar más motivados y obtener mejores resultados académicos. Este apoyo fomenta una actitud positiva hacia el estudio y el desarrollo intelectual.

Equilibrio en la Dinámica Familiar

Cuando ambos padres comparten las responsabilidades de la crianza, se crea un equilibrio en la dinámica familiar que beneficia a todos. La carga emocional y física de cuidar a los hijos se distribuye de manera más justa, reduciendo el estrés y el agotamiento de la mamá. Además, los niños aprenden a valorar y respetar el rol de ambos padres en sus vidas, promoviendo un ambiente familiar más armonioso.

Modelos de Género Positivos

Que el papá participe en la crianza también ayuda a cambiar y redefinir los roles tradicionales de género. Al ver a sus papás compartir las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, los niños aprenden que tanto hombres como mujeres pueden y deben ser cuidadores, trabajadores y figuras de autoridad. Esto fomenta una visión más igualitaria y justa de los roles de género, preparándolos para relaciones más equilibradas en su vida adulta.

La Importancia del Tiempo de Calidad

Es importante resaltar que la participación del papá no se trata solo de la cantidad de tiempo que pasa con sus hijos, sino de la calidad de ese tiempo. Participar en actividades diarias, jugar juntos, leer cuentos antes de dormir o simplemente escuchar las historias del día son momentos que fortalecen el vínculo y dejan recuerdos imborrables en el corazón de los niños.

En Conclusión

La participación activa del papá en la crianza es esencial para el desarrollo sano y equilibrado de los niños. No solo beneficia a los hijos, sino que también fortalece la relación de pareja y crea un ambiente familiar más feliz y armonioso. En Gymboree Play & Music, alentamos a todos los papás a involucrarse plenamente en la crianza de sus hijos, ofreciéndoles numerosas oportunidades para aprender, crecer y disfrutar juntos de esta maravillosa etapa de la vida.

Cómo Fortalecer el Vínculo con Tu Hijo: Consejos y Estrategias

En este artículo, exploraremos estrategias efectivas para fortalecer el vínculo con tu hijo. Sabemos lo importante que es para ti construir una relación sólida y duradera con tu pequeño. A través de este enfoque integral, podrás mejorar la conexión emocional y crear recuerdos inolvidables juntos.

Comunicación Abierta y Escucha Activa

Uno de los pilares fundamentales para fortalecer el vínculo con tu hijo es la comunicación abierta. Escuchar activamente a tu hijo es esencial para comprender sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones. Aquí hay algunas sugerencias clave:

  • Tiempo de Calidad: Dedica tiempo de calidad a tu hijo, libre de distracciones. Esto le mostrará que es una prioridad en tu vida.
  • Preguntas Abiertas: Realiza preguntas abiertas que fomenten la conversación en lugar de respuestas breves.
  • Empatía: Practica la empatía al tratar de comprender las emociones de tu hijo.

Juegos y Actividades Conjuntas

Otra forma efectiva de fortalecer el vínculo con tu hijo es a través de juegos y actividades compartidas. Esto no solo fomentará la diversión, sino que también fortalecerá sus lazos afectivos. Algunas ideas incluyen:

  • Juegos de Mesa: Jugar juegos de mesa promueve la interacción y la competencia amigable.
  • Deportes al Aire Libre: Salir a jugar deportes al aire libre juntos es una excelente manera de mantenerse activos y conectados.
  • Arte y Manualidades: Fomenta la creatividad de tu hijo participando en proyectos de arte y manualidades.

Establecer Rutinas y Tradiciones

Las rutinas y tradiciones familiares pueden crear una sensación de estabilidad y pertenencia. Considera lo siguiente:

  • Rutinas Diarias: Establecer una rutina diaria predecible proporciona a tu hijo seguridad y estructura.
  • Celebraciones Especiales: Celebra ocasiones especiales y festividades en familia para crear recuerdos duraderos.
  • Viajes en Familia: Planificar viajes juntos brinda la oportunidad de explorar el mundo y estrechar lazos.

Fomentar la Autonomía

A medida que tu hijo crece, es importante fomentar su autonomía mientras mantienes el vínculo. Aquí hay algunas sugerencias:

  • Responsabilidad: Asigna tareas y responsabilidades adecuadas para su edad.
  • Tomar Decisiones Juntos: Involúcralo en decisiones familiares para que se sienta valorado.
  • Apoyo en sus Intereses: Fomenta sus pasatiempos e intereses personales.

Fortalecer los Vínculos Emocionales

La expresión de amor y afecto es esencial para fortalecer los vínculos emocionales con tu hijo. Algunas formas de hacerlo incluyen:

  • Demostraciones de Amor: Abrazos, besos y palabras cariñosas son gestos simples pero poderosos.
  • Escuchar sus Preocupaciones: está dispuesto a escuchar cuando tu hijo necesite hablar.
  • Apoyo Incondicional: Asegúrate de que sepa que siempre puedes contar contigo.

Conclusion

Fortalecer el vínculo con tu hijo es una inversión en el futuro de su relación. La comunicación abierta, el tiempo de calidad y la atención a las necesidades emocionales son fundamentales. A través de juegos, actividades conjuntas y la creación de rutinas familiares, podrás crear recuerdos invaluables. Fomentar la autonomía y expresar amor y afecto refuerzan aún más el vínculo.

¡Esperamos que estos consejos te ayuden a construir una relación fuerte y duradera con tu hijo!

Recuerda que fortalecer el vínculo con tu hijo es un proceso continuo que requiere paciencia y dedicación. Cada momento compartido cuenta y contribuye a la construcción de una relación sólida y significativa.

Alimentación saludable y estrategias para favorecerla

La alimentación es una de las labores más importantes de los padres, pues es una forma en la que ayudan a sus hijos a crecer sanos y fuertes. Además, es son una oportunidad valiosa para apoyar el desarrollo social y emocional de los niños. Por esta razón, la hora de comer implica mucho más que la comida.

En primer lugar, es importante que como padre reflexiones un poco sobre el significado que le has dado a la comida, tus experiencias con ella a lo largo de la vida, la conciencia que tienes sobre tu imagen corporal, las tradiciones y costumbres que mantienes a la hora de comer y los alimentos que más consumen en tu hogar. Esto es importante porque puede cambiar el modo en el que alimentes a tu hijo y determinará la manera en la que tu hijo interprete el significado de la alimentación y la comida.

Después de esta reflexión, es importante que conozcas algunas estrategias para que tu hijo adquiera hábitos de alimentación saludable:

  1. La hora de comer va mucho más allá de la comida. Recuerda que este es un momento para conectarte con tu hijo y una oportunidad para apoyarlo en su desarrollo. Habla con él y no lo dejes solo. Esto también favorecerá las relaciones familiares sólidas.
  2. Crea rutinas en torno a la hora de comer. Las rutinas hacen que los niños se sientan seguros y amados. Una idea para establecerlas puede ser dar las gracias o compartir algo del día de cada uno antes de cada comida.
  3. A partir de los 9 o 12 meses establece horarios para los refrigerios. Para que los niños empiecen a relacionar la sensación de hambre con el acto de comer en horarios establecidos puedes decirle: “tienes hambre, ¿verdad? Entonces, es hora de comer”
  4. No obligues a comer a tu hijo. Esto puede hacer que rechace algunos alimentos o coma menos.
  5. Se flexible al permitirle que tu hijo se levante de la mesa cuando haya terminado. Los niños pequeños no pueden permanecer mucho tiempo sentados.
  6. No te rindas con los nuevos alimentos. Puede que debas ofrecer un alimento nuevo por lo menos 10 veces para que a tu hijo le guste.
  7. Apaga los aparatos electrónicos. Ya que la hora de comer es un momento para conectarte con tu hijo evita el televisor o el celular.

Finalmente, el juego es esencial en la vida de los niños. La actividad física va de la mano con la alimentación, por esto, intenta favorecer al máximo las oportunidades de juego. Después de la actividad física sentimos hambre y esto facilita el proceso de la comida.

En Gymboree, el programa más popular es Play & Learn desde los 2 meses hasta los 2 años, en este estimulamos el desarrollo integral de tu pequeño a través del juego ¡te invitamos a conocernos!

Referencias:

Lerner, C & Parlakian (2000) Healthy from the start. Zero To Three. Recuperado de: https://www.zerotothree.org/resources/352-healthy-from-the-start

Moreno, J.M & Galiano, M.J (2015) Alimentación del niño preescolar, escolar y del adolescente. Pediatría integral (4)

 

Autoestima: Querernos a nosotros mismos ¿Cómo favorecer su desarrollo?

Los pilares de la autoestima empiezan desde el momento en que el niño viene al mundo y busca contacto con los adultos. Cuando empieza a interactuar, se le presta atención, se toman turnos para intervenir, se le hace sentir capaz, competente y contento de ser quien es. Es así como se empieza a adaptar a su medio y a las personas que le rodean.

Por esta razón es importante dejar que el niño desde muy pequeño pueda mostrar quién es. Los meses después del nacimiento durante las interacciones (al observarlo, bañarlo, vestirlo) permiten momentos de ajuste tanto de él conociendo a sus padres como de los padres conociéndolo a él.

Los contextos más importantes en el desarrollo de la autoestima son la familia y la escuela, pues le aportan información relevante sobre su identidad, inciden en la formación de esta y consecuentemente de su autoestima.

A continuación, te mostramos algunos tips importantes para entender el desarrollo de la autoestima de los niños:

Demostrar con naturalidad las emociones.

Es evidente que a los bebés les fascina cuando un adulto les sonríe, pero también pueden tolerar cuando el adulto no está de tan buen humor. Es decir que es válido no estar feliz todo el tiempo y esto no afectará la autoestima de tu hijo.

Regulación emocional propia.

Una fuente importante de la autoestima es ser capaz de manejar los sentimientos propios. Esto demostrará al niño competencias para que en un futuro él pueda aplicar y aportar a su autoestima. Ayudemos a gestionar emociones como la rabia o la tristeza.

Resolución de problemas.

No es necesario volcarse en el niño inmediatamente para salvarlo de todo o asegurarse de que esté feliz cada minuto del día. Una forma de hacer sentir competente a tu hijo es dándole su espacio y permitiéndole resolver problemas por si solo. Sin embargo también es importante reconfortarlo y ayudarlo a atravesar momentos de tristeza o frustración, asistiéndolo para que encuentre sus propias soluciones.

Elogios.

Es necesario comprender que los niños pueden y deben ser su propia fuente de sensación de ser competente. Como padre no debes sentirte responsables de llenar esa botella elogiando todo el tiempo sus acciones. Tu hijo tiene la capacidad de sentirse orgullosos de sí mismo por sus propios logros así que procura hacerlo de manera moderada.

Exploración.

No hay algo que entusiasme más a los niños que sentir que tienen el control de su propio cuerpo o del mundo físico: explorar lo que hace un cubo, cómo rueda una pelota y otras cosas que se creen muy sencillas y se pasan por alto. Por lo tanto, el trabajo de los adultos es entenderlos, amarlos y proporcionarles la oportunidad de explorar y conocerse.

Personalidad.

Es importante darse cuenta y reconocer el temperamento de tu hijo y respetarlo. No pensar que debería ser distinto por algo que no te gusta o por compararlo con otros niños. Si bien siempre se tienen expectativas con respecto a cómo quieres que sea tu pequeño, él tiene sus propias características que debemos aprender a identificar. Para esto es importante ponerse en el lugar del niño constantemente y pensar en el por qué de sus acciones, esto te hará más sensible y flexible respecto a su personalidad.

Preocupaciones.

Si en algún momento te sientes preocupado por el desarrollo de la autoestima de tu hijo porque no tiene muchos amigos o no es tan sociable, sería importante que te preguntaras: ¿Qué es lo que me preocupa de eso? ¿Creo que esto le preocupa a mi hijo? ¿Qué me hace pensar que mi hijo se siente mal?¿Creo que mi hijo se siente bien de ser quién es?¿Está contento?.

Malos comportamientos.

Asegúrate de que cuando tu hijo este haciendo algo incorrecto no digas cosas que lo cuestionen a él como persona; es decir, hazle saber que su comportamiento en ese momento en específico estuvo mal, pero no es él quien está mal.  Cuestionarlo a él como persona o ridiculizarlo afectará su autoestima. En cambio, puedes entender por qué se comporta así y apoyarlo para mejorar.

Por último, procura seguir la pauta de tu hijo y su personalidad, entiéndelo y no intentes cambiarlo. Recuerda la importancia de hacerle saber  que eres un apoyo para ayudarlo a vencer los obstáculos y que confías en sus capacidades, de manera que pueda tener la sensación de logro.

Referencias:

Pawl, J (24 de febrero de 2016) Transcript: “I Like Me!”: Developing Self-Esteem in the Early Years Featuring Jeree Pawl, Ph.D.

Zamora, M. J (2012) El desarrollo de la autoestima en educación infantil.

Poniéndonos en los zapatos de los otros

La empatía

La empatía es la habilidad de ponerse en los zapatos del otro y pensar cómo se está sintiendo en una situación en particular. Desarrollar esta habilidad le ayudará al niño a establecer las bases para las relaciones socio afectivas de su vida como adulto.

El hecho de que un niño sea empático con otro significa que:

  • Entiende que es un individuo separado a los demás, independiente.
  • Entiende que otros pueden tener diferentes sentimientos y pensamientos.
  • Reconoce los sentimientos que más sienten las personas: felicidad, sorpresa, furia, tristeza, entre otros.
  • Es capaz de observar una situación en particular y pensar cómo se está sintiendo la otra persona.
  • Piensa en cómo podría actuar de manera apropiada en una situación determinada.

¿Qué puedes hacer para apoyar el desarrollo de la empatía en tu hijo?

Empatiza con tu hijo. Por ejemplo, “¿estas sintiendo miedo por el perro? No debes tener miedo de él, es bueno, solo está ladrando muy fuerte y eso puede ser lo que te causa miedo. Yo te abrazaré mientras que se va”

Habla sobre los sentimientos de otros. Por ejemplo, cuando tu hijo ha tomado el juguete de otro puedes decirle: “tu amigo se está sintiendo triste porque tomaste su juguete, por favor dáselo de vuelta y escoge otro para jugar”.

Sugiere maneras de ser empático. Por ejemplo, dile a tu hijo: “Vamos por un poco de hielo para tu amigo que se acaba de golpear”.

Léele cuentos sobre los sentimientos. Algunas sugerencias pueden ser:

  • El monstruo de colores. Por: Anna Llenas
  • El Pez Pucheros. Por: Deborah Diesen
  • Una vez tuve mucho miedo. Por: Chandra Ghosnh Ippen
  • Bebé feliz bebé triste. Por: Leslie Patricelli
  • Cuando Estoy. Por: Gladys Rosa-Mendoza

Sé un modelo a seguir. Cuando tu entablas relaciones seguras y respetuosas o interactúas con otros de manera amable, tu hijo aprende de tu ejemplo.

Expresa tus pensamientos o sentimientos. Este tipo de comunicación modela la importancia de la autoconciencia. Por ejemplo, puedes decir: “A mí no me gusta cuando me golpeas, me duele”.

Valida las emociones difíciles. El enojo, la tristeza y la decepción hacen parte de la vida y los niños necesitan aprender a manejarlas. Permitámosle que las sientan y ayudémosle a gestionarlas.

Usa juego de roles. Jueguen a ser otros personajes y a pensar cómo se sentirían en diferentes situaciones.

Piensa sobre el uso del ‘lo siento’. Enseñemos a pedir perdón y hagamos énfasis en el compromiso de no volver a repetir la acción.

Sé paciente. Desarrollar la empatía toma tiempo. Probablemente tu hijo no sea completamente empático a los tres años. De hecho, una etapa importante y completamente normal de los niños de dos o tres años es cuando se enfocan en ellos más que en los demás y utilizan en exceso las palabras ‘yo’ y ‘mío’. Recuerda que la empatía es una habilidad compleja que se desarrolla por el resto de la vida del niño.

 

Referencias:

Lerner, C & Parlakian, R (s.f.) How to Help Your Child Develop Empathy. [mensaje en un blog]. Recuperado de https://www.zerotothree.org/resources/5-how-to-help-your-child-develop-empathy

Gomez, M. C (2016) La empatía en la primera infancia. Psicodebate. (16) 35-50

Nueve elementos para la crianza positiva

Cuando escuchas a tu hijo hacer pataleta por no comerse las verduras o porque no quiere subirse al carro, el término ‘crianza positiva’ puede que te haga apretar los dientes y poner los ojos en blanco. Pero lo que no sabes es que la crianza positiva no se trata de ser perfecto, ni de estar todo el día animado o de tener el Instagram con las fotos más bonitas con tus hijos. Se trata de tener herramientas para el día a día, incluyendo los retos más grandes de la niñez de nuestros hijos. Esta crianza se caracteriza porque tanto tu hijo como tú son protagonistas y el diálogo y la socialización son factores claves para crear normas y construir valores familiares.

Existen nueve elementos fundamentales que promueven la crianza positiva:

  1. Piensa desde el punto de vista de tu hijo, especialmente en momentos difíciles. Todos queremos siempre mantener la calma y, para esto, recordar que la perspectiva de tu hijo es muy diferente a la tuya puede ayudar mucho. Por ejemplo, tu hijo puede estar frustrado porque no debe ponerse sus sandalias favoritas para salir cuando está haciendo mucho frío, entonces, mantén la calma y recuerda que es pequeño y todavía está aprendiendo.
  2. Celebra las fortalezas, habilidades y capacidades de aprendizaje que ha desarrollado tu hijo. Cada niño es único y se debe respetar su ritmo de aprendizaje. Puede que tu hijo sea un explorador que quiere involucrarse en todo o puede ser que tu hijo se esconda detrás de ti cuando conoce a alguien. Lo que realmente importa es que veas y acompañes los progresos y el crecimiento de tu hijo.
  3. Disfruta los momentos de conexión con tu hijo. Es fácil distraerse con el agite de la vida diaria como padre: lavar, limpiar, organizar, trabajar, entre otras. Recuerda hacer pausas y disfrutar los pequeños avances de tu hijo. Por ejemplo, cuando le abroches el cinturón del carro míralo a los ojos, cuando te esté mostrando algo nuevo sonríele o abrázalo cuando le leas un cuento. Esta es la magia que podemos encontrar cuando hacemos un poco de espacio en la rutina diaria para el amor y la creación de un vínculo seguro.
  4. Responde con interés y empatía ante las necesidades de tu hijo. Todos los niños comunican sus deseos y necesidades de manera diferente, por lo tanto, tomarte el tiempo de observar y entender al niño le hará sentirse importante y especial. Por ejemplo, tu hijo te puede dar a entender que necesita una siesta cuando te dice que le leas un cuento en la cama o también puede expresar estar sobre estimulado al hacer una pataleta en un centro comercial. Respondiendo tan empáticamente como sea posible en estos momentos, aseguras que tu pequeño obtenga lo que necesita de ti.
  5. Proporciona pautas y límites coherentes, basados en la edad de tu hijo. La crianza es una combinación entre afecto y establecimiento de límites, ya que todos los niños necesitan una guía para saber cómo comportarse. Mantener rutinas predecibles y establecer límites amables y firmes es clave en el proceso de crianza positiva. Adicionalmente, una recomendación a la hora de corregir, en caso de que se sobrepasen dichos límites, es agacharse a la altura del niño, hacer contacto visual, poner una mano en su hombro y hablarle. De este modo, es más probable que comprenda lo que ha hecho mal.
  6. Reconoce y regula tus propias emociones y comportamientos antes de reaccionar ante tu hijo. Esto puede sonar de sentido común, pero es más difícil de lo que crees. Como adultos y modelos a seguir, tenemos la capacidad de tomar aire y calmarnos antes de responder ante un mal comportamiento de nuestros hijos. Por el contrario, debido a que el cerebro de los niños aún se encuentra en desarrollo, ellos se dejan llevar fácilmente por sus emociones y controlarlas es un proceso de aprendizaje que empieza desde el modelamiento de sus padres.
  7. Comprende que la crianza puede ser estresante y los pasos equivocados hacen parte de ella. No siempre se puede mantener la calma y estar tranquilos todo el tiempo. Siempre habrá momentos en los que perdemos los estribos. Sin embargo, lo importante cuando esto sucede es pedir disculpas y poner las cosas en orden, ya que esto hace parte del establecimiento de relaciones y les enseña a los niños qué hacer cuando les suceda algo parecido.
  8. Trabaja para equilibrar tanto tus necesidades como las de tu hijo. ¡No te olvides de ti! Es muy fácil verse atrapado en las demandas de ser padre y olvidarse del cuidado propio. Planea descansos en el día, por ejemplo, dos minutos de respiración profunda podrían ayudar. Finalmente, presta atención a tus necesidades como socializar, dormir, hacer ejercicio o alimentarte de manera saludable.
  9. Busca ayuda, apoyo o información adicional sobre la crianza, si sientes necesitarla. Todos los padres eventualmente atraviesan momentos que representan un reto para la crianza de los hijos. No te avergüences de pedir ayuda a tus amigos familiares o, incluso, a profesionales. Todos los padres necesitan y merecen apoyo durante la crianza.

Ser padre es una maratón, no una carrera de velocidad. Siempre habrá errores y tropiezos, pero parte de la crianza positiva es reconocer cuándo las cosas no han salido bien y responder con amor para reparar el vínculo.

Referencias:

Aguirre, E. (2000). Socialización y prácticas de crianza. CES-Universidad Nacional de Colombia.

Capano, A. y Ubach, A. (2013). Estilos parentales, parentalidad positiva y formación de padres. Ciencias psicológicas, 7(1), 83-95

Kinister, K, MacLaughlin, S, & Parlakian, R (14 de Marzo de 2018) Nine elements that power positive parenting [mensaje en un blog].

 

Por una Alimentación Saludable: Hábitos para Empezar y Hábitos para Evitar

Una alimentación saludable en la infancia es vital para asegurar la salud física e intelectual de los niños en su etapa actual y en etapas posteriores.

Esto se debe a que la alimentación es la base del desarrollo de todas las dimensiones del ser humano: motriz, social, cognitiva y de lenguaje. Por consiguiente es importante crear hábitos alimenticios saludables durante la infancia y acá te mostraremos cómo empezar.

¿A tu hijo se le dificulta probar nuevas comidas? A continuación te mostraremos algunos hábitos que puedes empezar a crear y otros que deberías evitar.

Hábitos para Empezar

  • Ofrécele dos o tres onces saludables al día. Si tu hijo no come mucho en las comidas principales, pueden tener una opción saludable como merienda.
  • Permítele a tu hijo comer con salsas. A los niños les gusta jugar con la comida. Aderezos saludables como salsas para ensaladas, yogurt o hummus hacen la comida más divertida. Pueden probarlo con frutas, vegetales o carnes.
  • Ofrécele probar nuevos alimentos preparados de una manera que ya conozca. Si quieres que tu hijo pruebe algo nuevo como pescado, prepáralo por primera vez apanado para que parezca un alimento familiar como unos nuggets de pollo.
  • Sé gracioso. Haz una cara hecha con vegetales (pepino cohombro para los ojos, trozos de zanahoria para el pelo, un tomate cherry para la nariz y una rebanada de pimentón para la boca). O haz una “sorpresa dulce” en donde escondas frutas en el fondo de un vaso con yogurt. Cuando los niños se están divirtiendo es más probable que prueben algo nuevo.
  • Dale una lamida. Si tu hijo no quiere probar nuevas comidas, pregúntale si la puede lamer. Así suene chistoso, lamer nueva comida es una forma de introducir nuevos sabores a los más pequeños. Además, es importante saber que a veces es necesario introducir un alimento nuevo por más de diez veces para que a tu hijo le empiece a gustar y lo coma.
  • Busca formas de incluir y respetar la cultura familiar. La comida es una manera en la que los niños pueden conocer su cultura. Habla con ellos sobre las recetas que se preparan frecuentemente en casa y discute formas en las que se pudieran adaptar dichas recetas para hacerlas un poco más saludables.

 

Hábitos para Evitar

  • Obligar a tus hijos a comer. La verdad es que obligar a tus hijos a comer, frecuentemente lleva a que coman menos. Además, obligar también enseña a los niños a depender de otros para que le digan cuánto tiene que comer y cómo se sienten al respecto. Esto no conduce a hábitos alimenticios saludables.

Cuando es hora de comer tanto los padres como los hijos tienen un rol importante. El trabajo de padres es proveer opciones de comida saludable y momentos agradables a la hora de comer o tomar onces. Ahora bien, el rol de tu hijo radica en decidir cuál de las comidas saludables que le ofreces quiere comer y qué cantidad desea. Este método ayuda a que los niños aprendan a escuchar a sus cuerpos y tomen decisiones saludables al comer.

  • Insistir o hacer tratos con los niños. “¡Solo dos bocados más, solo dos y ya!” “si te comes todos los vegetales te compro un postre”. Este tipo de estrategias no funcionan a largo plazo. Los niños que aprenden a hacer tratos sobre comer más rápido, también aprenden a hacer tratos o pedir cosas a cambio por hacer otras actividades, como recoger sus juguetes. Pronto no harán nada a menos de que eso implique un premio.
  • Comer con la televisión prendida. Es cierto que muchas veces los niños comen más cuando están frente a un televisor. Sin embargo, esto ocurre porque su atención está centrada en la pantalla mas no en si tienen hambre o ya están llenos.

Uno de los hábitos saludables más importantes al hablar de comida es que los niños aprendan a escuchar su cuerpo y sus señales para comer solo hasta cuando su cuerpo les indique que están llenos. Además, las horas de las comidas son una oportunidad importante para hablar y conectarse con los niños; por lo tanto, este vínculo no se forma si todos están viendo televisión.

 

Referencias:

ZERO TO THREE (2009). Here’s to Healthy Eating: Habits to Start and Habits to Avoid [mensaje en un blog]. Recuperado de https://www.zerotothree.org/resources/155-here-s-to-healthy-eating-habits-to-start-and-habits-to-avoid

Sánchez-Siles, L. M. (2019). Presente y futuro de la alimentación infantil. Azúcar, cereales integrales y alimentos naturales y ultraprocesados. Acta Pediátrica Española, 77(9/10), 156–159.

La masticación es la base del habla ¿Por qué?

La masticación y el habla son procesos aprendidos, que utilizan los mismos músculos (Musculatura orofacial) para realizar sus funciones.

Estos músculos, como todos, necesitan ejercitarse para ir adquiriendo cada vez más fuerza y precisión. La forma como se da este proceso va desde la succión adecuada del seno o el tetero hasta las habilidades que se van mejorando, de la mano con la introducción de alimentos cada vez más sólidos a la dieta de los bebés.

Hoy en día por miedo, o comodidad, muchos adultos aplazan este momento; así, los músculos de la cara y boca que participan en la masticación, no se están ejercitando como es debido. Generando  una debilidad muscular (Hipotonía), que finalmente va a dificultar la producción de muchos sonidos del habla, como la r, rr, l y t. Y, en muchos casos, si el cierre de los labios no es adecuado, se dificultarán otros sonidos como m, p y b.

¿Qué hacer entonces si tenemos algunas dificultades con la introducción de sólidos?

  • Tengamos en cuenta que este es un proceso que requiere de paciencia y tiempo. Hay que ser muy constantes, busquemos diferentes estrategias, si el bebé no quiere probar hoy podemos intentar al día siguiente o con un alimento diferente.
  • Premiemos al bebé con una palabra, o una sonrisa, reconociendo los logros que vayamos viendo.
  • Es importante ir de la mano de nuestro pediatra, vamos dando los pasos poco a poco y cuando nos indique pasar a papillas, hacerlo, y estas se irán volviendo cada vez más sólidas, con menos licuadora, sin colar y de pronto algunos pedacitos de fruta y/o arrocitos o pasta en el caso de las sopas.
  • Desde las primeras papillas acostumbrémoslo a diferentes texturas.
  • Usemos vasitos de los que necesitan que el bebé succione, en el mercado hay varios con boquillas diferentes, y más adelante con pitillo.
  • Desde muy temprana edad, los bebés disfrutan mucho de una tusa de mazorca, un pedazo de mango, un calado. Pueden pasar un largo rato entretenidos con estos, y lo mejor ejercitando la musculatura oro-facial.
  • Disfrutemos de este proceso, veamos cuando va creciendo nuestro bebé y acompañémoslo en su desarrollo. Es parte de la maravillosa experiencia de ser padres!
  • La hora de la comida debe ser un momento agradable. Busquemos que no haya afán y que tengamos la dedicación necesaria.

 

 

Abuelos y tradiciones

Las tradiciones, las rutinas y los rituales que se repiten de generación en generación, otorgan unidad e identidad a las familias. Además, las tradiciones son momentos especiales, generalmente llenos de amor, cercanía y cariño.

Por su parte, los niños desde muy pequeños empiezan a entender las rutinas y éstas hacen posible que ellos creen las primeras nociones temporales, generen autonomía y sientan seguridad.

Por otro lado, María García y Juan García en su libro Filosofía de la educación afirman que la identidad personal se forma a partir de la interacción con otros seres humanos, en medio de una cultura particular. Por lo tanto, las tradiciones familiares, además de ser divertidas, conceden identidad a los niños y sentido de pertenencia. Ellos disfrutan ser parte de las tradiciones, rutinas y rituales familiares.

A continuación, podrás encontrar algunas recomendaciones para incluirlos en ellas:

  • Comparte historias de la familia y canciones. Canta un arrullo que tu madre o padre te cantaron cuando pequeño. Elige historias de cuando tú eras un niño, los juegos que jugabas, los lugares que visitaste o acontecimientos chistosos con alguna mascota.
  • Recuerda que es el trayecto, no el destino. Por ejemplo, tú y tu nieto se divirtieron cocinando una receta familiar, pero cuando estuvo lista tu nieto no quiso ni probarla. La experiencia de verter, agitar y mezclar es más importante que el acto de probar.
  • Prepara a tu nieto para tener éxito. Piensa qué rol va a cumplir tu nieto en un ritual familiar. Por ejemplo, si decorar la casa para navidad es una tradición familiar, busca decoraciones seguras que tu nieto pueda ayudarte a colgar o ubicar.
  • Permanece. Una de las cosas más especiales de los abuelos es que a menudo están felices de permitir a los niños tomarse su tiempo. Piensa en lo bien que se siente estar con alguien que disfruta estar contigo y no te apresura.

Empezar nuevas tradiciones

Recuerda que nunca es tarde para empezar una nueva tradición familiar, una única y especial para ti y tu nieto. A continuación encontrarás algunas ideas:

  • Establece una tradición especial a la hora de comer. Todos los domingos pueden desayunar chocolate con pan o pueden crear una manera especial de agradecer antes de cada comida.
  • Cuenta historias que acabas de inventar especialmente para tu nieto. El recuerdo de compartir historias puede durar toda una vida.
  • Convierte la rutina diaria en una inolvidable. Convierte la hora del baño en una bañera llena de burbujas o inventa hacer un picnic en casa.
  • Utiliza la tecnología para crear nuevas tradiciones. Para aquellos abuelos que hablan con sus nietos por videollamadas, creen un ritual para decir hola y adiós. Por ejemplo, una manera especial para mandar un beso a través de la cámara.

Piensa sobre las tradiciones

  • ¿Qué cualidades o valores crees que representan a tu familia y por qué?
  • ¿Qué tradiciones familiares recuerdas de tu infancia?
  • ¿Qué canciones o libros recuerdas de tu infancia?
  • ¿Qué tradiciones familiares estableciste como padre o madre?
  • ¿Qué tradiciones familiares quieres compartir con tu nieto?

 

Referencias:

Parlakian, R. & Lerner, C (3 de mayo de 2012). That Was Then: Sharing Family Traditions With Your Grandchildren [mensaje en un blog]. Recuperado de: https://www.zerotothree.org/resources/1209-that-was-then-sharing-family-traditions-with-your-grandchildren

García, M & García, J (2012) Filosofía de la educación. Narcea ediciones.

 

El verdadero papel de los abuelos

Quienes hayan contado con la dicha de tener abuelos guardan recuerdos maravillosos de ese apoyo incondicional, los nietos reciben grandes dosis de amor y complicidad, y pocas responsabilidades. El afecto de un abuelo es tranquilo y se disfruta intensamente; ser abuelo es una experiencia maravillosa, única y muy diferente a la de ser padre.

Muchos de ellos, comparten con sus nietos tiempo completo, y es allí, donde deben asumir ciertos retos como la educación de los niños, la imposición de límites y la transmisión de valores pues esto algunas veces puede generar conflictos y confusiones entre padres y abuelos.

Lo importante es tener en cuenta que la guía hacia la educación siempre estará a cargo de los padres; y los abuelos al ser referentes para los niños, deberán guiarse por las normas establecidas. Porque si bien los abuelos no son sustitutos de los padres, representan una ayuda enorme en el proceso de crianza, son transmisores de experiencias y tienen un papel de mucho peso en la formación psicológica del niño, sin mencionar, que son una fuente de amor y ternura.

Para que el papel de abuelo y padre se pueda cumplir de la mejor manera, es indispensable que ambos lleguen a acuerdos sobre límites y recomendaciones. A continuación, mencionamos algunas cosas que se pueden implementar para evitar confusión en los niños.

  1. Procurar llegar a un acuerdo sobre horarios de comidas o tareas, ya que, si se manejan diferentes directrices, los niños pueden confundirse y no trabajar con disciplina.
  2. Si los abuelos quieren enseñar o hacer cosas a su manera está bien, no obstante, debe hacerse de forma positiva. Por ejemplo; puede decir “tus padres te hacen el sándwich de esta manera, yo lo haría así, veamos la diferencia de sabor”
  3. Hacer críticas de los padres frente a los niños, nunca será recomendable, ya que resta credibilidad y autoridad a los padres. Por lo cual el método recomendable será solucionar las diferencias que existan en privado.

Los abuelos deberían poder vivir la experiencia sin tener las exigencias que tuvieron cuando fueron padres, tienen una especie de segunda oportunidad en donde ya no tienen los miedos y las responsabilidades de la paternidad. Para los niños, los abuelos son sus eternos cómplices, una fuente de amor y sabiduría. Para los abuelos, los niños representan juventud y diversión permanente. Cuando nace un niño también nace un abuelo y un mundo nuevo de experiencias para disfrutar.