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Por una Alimentación Saludable: Hábitos para Empezar y Hábitos para Evitar

Una alimentación saludable en la infancia es vital para asegurar la salud física e intelectual de los niños en su etapa actual y en etapas posteriores.

Esto se debe a que la alimentación es la base del desarrollo de todas las dimensiones del ser humano: motriz, social, cognitiva y de lenguaje. Por consiguiente es importante crear hábitos alimenticios saludables durante la infancia y acá te mostraremos cómo empezar.

¿A tu hijo se le dificulta probar nuevas comidas? A continuación te mostraremos algunos hábitos que puedes empezar a crear y otros que deberías evitar.

Hábitos para Empezar

  • Ofrécele dos o tres onces saludables al día. Si tu hijo no come mucho en las comidas principales, pueden tener una opción saludable como merienda.
  • Permítele a tu hijo comer con salsas. A los niños les gusta jugar con la comida. Aderezos saludables como salsas para ensaladas, yogurt o hummus hacen la comida más divertida. Pueden probarlo con frutas, vegetales o carnes.
  • Ofrécele probar nuevos alimentos preparados de una manera que ya conozca. Si quieres que tu hijo pruebe algo nuevo como pescado, prepáralo por primera vez apanado para que parezca un alimento familiar como unos nuggets de pollo.
  • Sé gracioso. Haz una cara hecha con vegetales (pepino cohombro para los ojos, trozos de zanahoria para el pelo, un tomate cherry para la nariz y una rebanada de pimentón para la boca). O haz una “sorpresa dulce” en donde escondas frutas en el fondo de un vaso con yogurt. Cuando los niños se están divirtiendo es más probable que prueben algo nuevo.
  • Dale una lamida. Si tu hijo no quiere probar nuevas comidas, pregúntale si la puede lamer. Así suene chistoso, lamer nueva comida es una forma de introducir nuevos sabores a los más pequeños. Además, es importante saber que a veces es necesario introducir un alimento nuevo por más de diez veces para que a tu hijo le empiece a gustar y lo coma.
  • Busca formas de incluir y respetar la cultura familiar. La comida es una manera en la que los niños pueden conocer su cultura. Habla con ellos sobre las recetas que se preparan frecuentemente en casa y discute formas en las que se pudieran adaptar dichas recetas para hacerlas un poco más saludables.

 

Hábitos para Evitar

  • Obligar a tus hijos a comer. La verdad es que obligar a tus hijos a comer, frecuentemente lleva a que coman menos. Además, obligar también enseña a los niños a depender de otros para que le digan cuánto tiene que comer y cómo se sienten al respecto. Esto no conduce a hábitos alimenticios saludables.

Cuando es hora de comer tanto los padres como los hijos tienen un rol importante. El trabajo de padres es proveer opciones de comida saludable y momentos agradables a la hora de comer o tomar onces. Ahora bien, el rol de tu hijo radica en decidir cuál de las comidas saludables que le ofreces quiere comer y qué cantidad desea. Este método ayuda a que los niños aprendan a escuchar a sus cuerpos y tomen decisiones saludables al comer.

  • Insistir o hacer tratos con los niños. “¡Solo dos bocados más, solo dos y ya!” “si te comes todos los vegetales te compro un postre”. Este tipo de estrategias no funcionan a largo plazo. Los niños que aprenden a hacer tratos sobre comer más rápido, también aprenden a hacer tratos o pedir cosas a cambio por hacer otras actividades, como recoger sus juguetes. Pronto no harán nada a menos de que eso implique un premio.
  • Comer con la televisión prendida. Es cierto que muchas veces los niños comen más cuando están frente a un televisor. Sin embargo, esto ocurre porque su atención está centrada en la pantalla mas no en si tienen hambre o ya están llenos.

Uno de los hábitos saludables más importantes al hablar de comida es que los niños aprendan a escuchar su cuerpo y sus señales para comer solo hasta cuando su cuerpo les indique que están llenos. Además, las horas de las comidas son una oportunidad importante para hablar y conectarse con los niños; por lo tanto, este vínculo no se forma si todos están viendo televisión.

 

Referencias:

ZERO TO THREE (2009). Here’s to Healthy Eating: Habits to Start and Habits to Avoid [mensaje en un blog]. Recuperado de https://www.zerotothree.org/resources/155-here-s-to-healthy-eating-habits-to-start-and-habits-to-avoid

Sánchez-Siles, L. M. (2019). Presente y futuro de la alimentación infantil. Azúcar, cereales integrales y alimentos naturales y ultraprocesados. Acta Pediátrica Española, 77(9/10), 156–159.

La masticación es la base del habla ¿Por qué?

La masticación y el habla son procesos aprendidos, que utilizan los mismos músculos (Musculatura orofacial) para realizar sus funciones.

Estos músculos, como todos, necesitan ejercitarse para ir adquiriendo cada vez más fuerza y precisión. La forma como se da este proceso va desde la succión adecuada del seno o el tetero hasta las habilidades que se van mejorando, de la mano con la introducción de alimentos cada vez más sólidos a la dieta de los bebés.

Hoy en día por miedo, o comodidad, muchos adultos aplazan este momento; así, los músculos de la cara y boca que participan en la masticación, no se están ejercitando como es debido. Generando  una debilidad muscular (Hipotonía), que finalmente va a dificultar la producción de muchos sonidos del habla, como la r, rr, l y t. Y, en muchos casos, si el cierre de los labios no es adecuado, se dificultarán otros sonidos como m, p y b.

¿Qué hacer entonces si tenemos algunas dificultades con la introducción de sólidos?

  • Tengamos en cuenta que este es un proceso que requiere de paciencia y tiempo. Hay que ser muy constantes, busquemos diferentes estrategias, si el bebé no quiere probar hoy podemos intentar al día siguiente o con un alimento diferente.
  • Premiemos al bebé con una palabra, o una sonrisa, reconociendo los logros que vayamos viendo.
  • Es importante ir de la mano de nuestro pediatra, vamos dando los pasos poco a poco y cuando nos indique pasar a papillas, hacerlo, y estas se irán volviendo cada vez más sólidas, con menos licuadora, sin colar y de pronto algunos pedacitos de fruta y/o arrocitos o pasta en el caso de las sopas.
  • Desde las primeras papillas acostumbrémoslo a diferentes texturas.
  • Usemos vasitos de los que necesitan que el bebé succione, en el mercado hay varios con boquillas diferentes, y más adelante con pitillo.
  • Desde muy temprana edad, los bebés disfrutan mucho de una tusa de mazorca, un pedazo de mango, un calado. Pueden pasar un largo rato entretenidos con estos, y lo mejor ejercitando la musculatura oro-facial.
  • Disfrutemos de este proceso, veamos cuando va creciendo nuestro bebé y acompañémoslo en su desarrollo. Es parte de la maravillosa experiencia de ser padres!
  • La hora de la comida debe ser un momento agradable. Busquemos que no haya afán y que tengamos la dedicación necesaria.